Hoy nos
levantamos con la resaca de los premios Iris de la Academia de Televisión, una
gala donde los premiados recogen sus premios y agradecen al sector el
reconocimiento, pero que se convierte en un sueño para los que nos gustaría
estar ahí, en un ladito, aunque sea mirando tras la cortina. Enhorabuena a los
premiados y ojalá sean muchos, señal de que el sector sigue siendo productivo.
Pero mi
entrada de hoy no va por aquí, va hacia algo mucho más cercano y que también es
televisión. En las dos últimas semanas he asistido a parte de las grabaciones
para el programa “Este es mi pueblo” de
Canal Sur, que se emitirá el próximo domingo a las 16:45. El revuelo que se forma entre la gente
siempre que hay una cámara de televisión es inmenso, mucho más si viene la
televisión autonómica, pero no por el mero hecho de salir en televisión, que
también, sino por estar allí y ver como se hace televisión.
El ansiado
minuto de gloria que todos debemos tener en la vida, esa manera de posicionarte
en un lugar estratégico para que la cámara te enfoque, siempre con tus mejores
galas, antes de que llegue el miedo escénico y te paralice ante pronunciar
palabra alguna.
Hay algo más
importante que salir televisión: es ver cómo se hace. Reconozco que es algo que
siempre me ha fascinado, quizás por eso elegí mi profesión y esto hace que mi mirada esté un poco influenciada por mis
conocimientos y vivencias. Es algo mágico: transformar la realidad en unos
pocos minutos a través de la pantalla, dotados del glamour y los brillos que
los focos y el maquillaje dan.
Tras las
cámaras hay mucho trabajo, luces, cámaras, sonido, micrófonos por todos sitios,
productores que lidian con que todo sale siempre mal y mil y un inconvenientes
que surgen a la hora de grabar. De repente, todo el equipo técnico se convierte
en magos y son adorados por el público que se concentra para ya no salir en la
tele sino no perder detalle de cómo se hace aquello. Aparece la estrella y se
para el tiempo, un privilegio para unos pocos y que nadie se quiere perder.
Una
experiencia única para casi todos, que permanecen ajenos al mundo de las
cámaras. La magia de la televisión no deja indiferente a nadie, el resultado…
dentro de unos días en pantalla.
Sin embargo,
los mejores momentos no son los que se van a ver en televisión, los previos,
los ensayos, las tomas falsas y todo lo que ocurre fuera de cámara es de lo mejor de esta
profesión.
Ahora viene la
segunda parte ¿cómo saldremos en televisión? Eso horroriza a más de uno, pero
tranquilidad, porque no son más que gajes del oficio.
No deja de
sorprenderme la admiración que despierta este oficio, me encanta descubrir que
todo fascina por mínimo que sea. Experiencias inolvidables que siempre se recordarán
como aquel día que fui partícipe del sueño televisivo.
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