Mi entrada de hoy va dedicada a
uno de esos temas que aparecen y sabes que tienes que escribir de ello. No es
Eurovisión, ya sabemos que no progresamos, aunque puede que tenga más relación
de lo que nos pensamos.
Estaba viendo las noticias y una
de ellas iba dedicada a los becarios, (se acerca el verano y muchos jóvenes
comienzan sus prácticas en empresas…), esa era la noticia, pero me llegó mucho
más porque reflejaron la vida de los becarios en Antena 3. De repente, vi pasar
casi dos años de mi vida, con muchos
recuerdos, con muchas caras y con muchos lugares conocidos.
A propósito de todo esto, esta
semana ha sido noticia la carta de una chica en la que renunciaba a un puesto
de becaria con unas condiciones abusivas, trabajo cualificado y sin
remuneración ni siquiera para transporte, tras años de becas. Además, otro
joven periodista denunciaba su situación de precariedad laboral cantando en el
metro; en definitiva… los jóvenes hablan.
Yo he sido becaria, de las “sin
remunerar”, de las que sólo tenía que pagar 1 euro por comer, de las de los 250
euros y te pagas el transporte de más de 70 km a casa… Conozco un poco la
situación y sé lo desesperante que es encajar una beca tras otra, pero creo que
lo más importante no es la situación económica, que lo es, porque comer hay que
comer, sino lo más importante es el grado de frustración que podemos llegar a
alcanzar.
La primera oportunidad laboral es
una experiencia desbordante, novedosa, ilusionante, todos oímos: “ lo
importante es meter la cabeza, una vez que estés ahí…” pero ¿eso cuándo ocurría?
Hace unos años, más de 5, tal vez sería
así y tal vez, haya gente a la que hoy le ocurra, pero por lo que vemos son la
excepción y los más afortunados.
Se acaban tus tres meses de beca,
has aprendido muchas cosas, has trabajado más, has disfrutado de todo, tienes contactos y ahora
lo mejor que te puede pasar es que te amplíen la beca. Una sensación de
felicidad, tres meses más en ese entorno laboral que cada día sueñas para
desarrollarte personalmente, pero… se acaba la beca y déjanos tu CV por si
necesitamos a alguien, y ¿qué ocurre? Que llega el verano y con él, nuevas remesas
de becarios cargados de ilusiones.
Es entonces cuando te planteas
que ya no puedes optar a una beca, has hecho todas las prácticas posibles, has
cursado todos los masters e idiomas requeridos y ¿qué te ofrecen? ¿Una beca? No
olvidemos que tienes la suerte de ser seleccionado entre mucha gente, y te
tienes que sentir afortunado, pero no, ya no puedes, has vivido muchas veces
esa situación, sabes lo que es empezar de cero y desde el puesto más bajo en
una empresa, sabes lo que es aprender y sabes lo que es desear continuar con tu
labor y que no te dejen. Se acabó el sueño… y vuelta a empezar, o quizás no.
El apasionante mundo de los
becarios. Disfruté muchísimo de mi etapa en los distintos medios en los que he
estado, principalmente de la etapa en Antena 3, ahí conseguí que un día se
acordaran de una becaria que pasó por allí un verano, sí, se acordaron de mí y
pude entrar a trabajar con todo lo que ya había aprendido y que nunca se
olvida.
De todo esto lo que se saca es
una lección, que los becarios trabajan mucho, se forman, y vuelven a empezar y
a empezar, eso que tan importante es para el mercado laboral, reciclarse, pues
los becarios saben muchísimo de eso, pero todo tiene un límite.
Becarios habrá siempre, y es
bonito ver una empresa llena de caras nuevas, jóvenes, con ilusión y
motivación, pero que no se convierta en algo carente de sentido. No dejemos que
nos hagan ser becarios permanentes, que una beca sea un paso más para algo en
nuestro futuro profesional, que no sea la máxima aspiración de un
universitario.
A pesar de todo, si hoy volviera
a la universidad, no dudaría en poder acceder a las distintas empresas, aunque
sea como becario por un día, es una oportunidad que hay que saber aprovechar,
al menos personalmente.
A los que comenzáis vuestras
prácticas aprovecharlo y disfrutarlo, porque quién sabe y ojalá me equivoque,
puede que esos recuerdos sean los que un día les contemos a nuestros nietos, yo
fui, de profesión, becario
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