Vuelvo a estar por aquí, no, no
se había cerrado el ojo, sino que elojodeana ha estado descansando por
obligación, más bien la garganta de Ana, que ha estado convaleciente, y es por
eso por lo que no he podido actualizar el blog. Sin embargo, en estos días de
reposo he tenido mucho tiempo para ver la tele, como hace tiempo que no la
veía, parándome a ver y a analizar muchas cosas, de las cuales os iré hablando
en los próximos días.
Si algo me ha quedado claro en
estos días es que la televisión se ha concienciado mucho con la lectura o con
la venta de libros de sus estrellas. Esos dos medios, televisión y lectura, que
parecían tan incompatibles (no veas la tele, lee un libro…) fijaos para lo que
sirve ahora la tele, para fomentar la lectura, o mejor dicho la venta de libros
de nuestro país.
Estos días se celebra la feria
del libro en Madrid, una cita obligada para los amantes de la lectura, en el
parque del Retiro. Si estos motivos fueran pocos para faltar al evento, la
televisión se ha encargado de darnos mil y un motivos más para acercarnos
cierto día y cierta hora, sus estrellas principales estarán en dicha feria
firmando sus libros, porque hay todo un boom de libros televisivos.
Famosos escribiendo libros es
algo que ya se viene viendo desde hace algún tiempo, sin embargo, en estos días
la promoción y el lanzamiento de las últimas publicaciones se ha hecho de forma
evidente. La estacionalidad del producto, ¿la mejor manera de vender libros es
que tu escritor te lo firme? Pues sinceramente no, atrapa más una buena
historia, un saber contar lo que ocurre… sin embargo, cuando hablamos de libros
televisivos, pueden interesar más otros aspectos: el fanatismo. Quiero conocer
a mi ídolo, pues acudo donde esté, normalmente se ha facilitado día y hora de firmas,
y para acercarme, besarlo, tocarlo y poder decirle eso que siempre he querido
pues me compro su libro. Un
planteamiento más común de lo que parece porque a estas firmas acuden los fans
en masa, como a las firmas de discos.
Me parece justo distinguir entre
libros televisivos: hay periodistas que escriben sus historias. Ha existido
desde siempre, claro exponente Mariano José de Larra, y muchos de los premiados en certámenes literarios son
periodistas. Por otro lado, están los libros autobiográficos de personajes
conocidos, que pueden o no, estar escritos por ellos y que su fama se traduce
en la principal arma de promoción.
Está comenzando una tendencia
generalizada de publicar libros de
famosos por cualquier asunto, a mi parecer se están convirtiendo en las nuevas
“exclusivas” de las revistas del corazón.
El peligro reside en creernos
completamente estos libros, sin saber que detrás, al igual que en
televisión hay muchos intereses, muchos montajes y muchas verdades parciales.
No he leído todos los libros que
se están publicando, ni quiero generalizar, simplemente mostrar mi alerta ante
este boom. Creo que tanta “saturación literaria” no es buena, ¿llegaremos al
término “libro-basura” al igual que existe telebasura?
De todas formas la lectura nos
enriquece, sea lo que sea, nos ayudará, como mínimo a escribir correctamente y
desde ahí en adelante nos puede aportar muchas herramientas más. Un aumento en
las ventas de libros se traduce en riqueza en nuestras editoriales, por lo que
por este aspecto también nos beneficia. Y lo mejor de todo es que si
conseguimos un buen libro con una historia que nos haga soñar, habremos descubierto
el placer de la lectura.
Yo también soy lectora de algunos
de estos libros televisivos, aprovecho para recomendaros una de mis últimas
lecturas del periodista Maxim Huerta: Una tienda en París. Una de esas
historias deliciosas que recuerdas con un buen aroma. Porque la mejor promoción
para un libro es que a alguien le haya marcado.
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